Flacidez

La flacidez es el signo del envejecimiento de aparición más tardía. Pero por otro lado es el más difícil de corregir una vez instaurado. Se manifiesta por una progresiva pérdida de tensión de los tejidos que afecta fundamentalmente a la mitad inferior de la cara. Todo ello se traduce en una serie de cambios en la fisonomía facial. Por un lado observamos una pérdida de volumen y descenso del pómulo. Se produce una acentuación de surcos anatómicos como el surco de la lágrima o el nasogeniano. En la zona inferior de la cara se manifiestan pliegues peribucales (surco de marioneta) y el  descenso de la mejilla provoca una pérdida de la definición del arco mandibular.

¿Se puede tratar la flacidez?

El mejor tratamiento para la flacidez es prevenirla, ya que una vez instaurada la única terapéutica realmente eficaz es la cirugía (lifting facial y sus modalidades). Existen diferentes tratamiento que pretenden evitar la progresión del proceso y con ello la necesidad de pasar por quirófano. Estos tratamientos se basan en mejorar la tensión de los tejidos y estimular la producción de colágeno.

De entre ellos el más conocido sea probablemente la radiofrecuencia. El inconveniente más importante de la radiofrecuencia es que su aplicación externa no consigue un calentamiento suficiente en profundidad. Debido a ello se muestra como más efectiva cuando se aplica mediante cánulas o agujas. Pero al hacerlo lo convierte en un tratamiento  invasivo.

Recientemente se han hecho populares los hilos tensores. Algunos de ellos utilizan conos o anzuelos para anclarse al tejido y permitir, traccionando de ellos, retensar la piel. Si bien consiguen corregir algo la flacidez, plantean el inconveniente de que su efecto es de duración limitada (3-12 meses). Además no actúan sobre el músculo ni el resto de la piel estimulando nuevo colágeno. No tienen por ello un efecto preventivo a largo plazo.

¿Que tratamientos ofrecemos en Clínica Campo-Optimage?

Según nuestro criterio el tratamiento más lógico y eficaz para la flacidez son los ultrasonidos focalizados (Ultherapy®). Aplicados sobre la zona afecta producen un calentamiento selectivo a la profundidad deseada (4.5, 3 o 1.5mm). Con ello conseguimos retensar el músculo y la piel de la zona tratada evitando el calentamiento innecesario del resto de tejidos. Produce una contracción inmediata  y una síntesis de nuevo colágeno que se traduce en un mantenimiento y progresiva mejoría del contorno facial.

La infiltración superficial de hiroxiapatita cálcica y la bioestimulación con ácido poliláctico son dos alternativas a los ultrasonidos focalizados. Son sustancias que estimulan la producción de nuevo colágeno retensando el tejido y evitando su descolgamiento. No obstante no actúan sobre el músculo siendo, en ese sentido, menos eficaces.

Como tratamiento de mantenimiento utilizamos también Freeze® (Radiofrecuencia multipolar asociada a campos magnéticos). Nos va a ayudar a mantener el proceso de estimulación consiguiendo además una mejoría en el tono de la piel.

Como hemos comentado, algunos de estos tratamientos son capaces de inducir una contracción inmediata de las fibras de colágeno. El resultado es una discreta mejoría que se percibe inmediatamente después del tratamiento. No obstante el verdadero objetivo de todos ellos es inducir la síntesis de nuevo colágeno. Este proceso requiere entre 6 y 12 meses para hacerse realmente evidente. Por ello la eficacia de los tratamientos antiflacidez debe ser evaluada a largo plazo.